En los últimos años el aceite de coco viene ganando popularidad tanto como ingrediente culinario como en otras áreas, como productos de belleza, por ejemplo. Debido a la divulgación de una serie de beneficios a la salud humana, ese ingrediente ha ganado una fama de “milagro”. Con esa popularización, no sorprende que muchas personas quieran incluirlo también en la dieta de perros y gatos. En este texto, vamos a hablar sobre los aspectos de ese aceite y cómo puede afectar la salud de nuestras mascotas.
En diversos locales de internet, podrás encontrar algunas listas de posibles beneficios del aceite de coco. Entre las ventajas divulgadas, están propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas, antioxidantes y hasta de prevención al cáncer – sin embargo, esas afirmaciones se basan en estudios enfocados en la salud humana.
En perros y gatos, aún faltan estudios para comprobar estos beneficios y establecer dosis efectivas, pero como punto positivo, los estudios que ya fueron hechos evaluando el uso de aceite de coco en mascotas, no presentan efectos negativos o toxicidad de la utilización de esos ingredientes para perros y gatos.
El aceite de coco posee una buena concentración de triglicéridos de cadena media (o TCM), que pueden tener efectos benéficos en algunos animales con problemas neurológicos, síndrome de absorción y digestión. Sin embargo, merece resaltar que, para obtener una dosis efectiva de TCM, sería necesaria una cantidad bien mayor de aceite de coco y, así como el aceite de oliva, también es importante recordar que el aceite de coco es una grasa y, como cualquier otro, tiene una alta cantidad de calorías y, por eso, su uso exagerado puede predisponer al sobrepeso y a la obesidad.
Sin duda, el aceite de coco es un ingrediente muy interesante y que merece más atención y estudios. No obstante, es importante considerar las evidencias científicas y consultar profesionales especializados para evaluar los posibles beneficios de ese aceite para su mascota. Así, es importante y necesario que el uso del aceite de coco sea orientado por un veterinario nutriólogo, que irá instruir la correcta administración y real funcionalidad en la alimentación de los perros y gatos.