«La carne de pollo es inflamatoria», «la comida es inflamatoria», «el gluten es
inflamatorio». Si es usted un espectador habitual de contenidos sobre salud humana
o animal probablemente se habrá encontrado con afirmaciones similares. La idea de
los alimentos «inflamatorios» o en otras palabras, alimentos que causan inflamación
en el organismo y provocan malestar y otros problemas, empezó centrándose en la
alimentación humana, pero se ha extendido también a la salud animal. Sin embargo,
¿son ciertas estas afirmaciones?
La inflamación es un mecanismo biológico complejo que, por decirlo de forma
sencilla, suele producirse en situaciones en las que hay algún daño en el organismo,
por ejemplo, una infección o una lesión. Los mecanismos de inflamación también
están presentes en situaciones como las reacciones alérgicas y diversas
enfermedades crónicas.
Debemos dejar claro que, según la ciencia, no es posible asociar un único alimento
con la aparición de la inflamación. Aunque ha habido estudios que relacionan ciertos
ingredientes como el azúcar con la inflamación, es importante darse cuenta de que
estos estudios trabajan con un consumo excesivo de estos alimentos, en otras
palabras, no significa que haya que prohibir completamente un alimento u otro, sino
que hay que consumirlo con moderación.

Hay casos en los que, efectivamente, un animal puede desarrollar una inflamación
como consecuencia del consumo de un alimento, pero ¡tranquilos! Esto puede
ocurrir en casos de alergia alimentaria, en los que el individuo reaccionará
negativamente a un determinado alimento. Esto no significa que el alimento sea
malo para todo el mundo, sólo que es malo para el individuo alérgico.
Otra situación en la que los alimentos pueden causar inflamación es cuando perros y
gatos consumen alimentos tóxicos. En este caso, la intoxicación va acompañada de
inflamación.
Aparte de alergias alimentarias o alimentos tóxicos no hay por qué preocuparse,
pues un animal sano que consuma una dieta completa y equilibrada, ya sea una
dieta casera o un alimento comercial completo, no se «inflamará» como
consecuencia de la comida.
Por último, podemos comentar que los alimentos antiinflamatorios son nutracéuticos
que tienen cierto potencial para regular o reducir la inflamación, especialmente en
individuos enfermos. Los principales ejemplos de estos nutracéuticos son los ácidos
grasos omega-3, de los que ya hemos hablado aquí en el blog. Por tanto, quédese
tranquilo y, siempre que tenga dudas sobre la dieta de su mascota y los alimentos
«inflamatorios», ¡consulte a un veterinario de confianza!