El té, que puede encontrarse en una gran variedad de sabores en los estantes de los supermercados, es una bebida habitual en la rutina de muchos dueños de perros y gatos, tanto en los días calurosos como en los fríos. A muchas personas les gusta esta bebida por su sabor, y algunas también la consumen por sus potenciales propiedades medicinales. Así que puede surgir la pregunta: ¿mi perro o gato puede beber té?
Aunque el término «té» se utiliza a menudo para designar cualquier infusión de partes de plantas, el té propiamente dicho se elabora a partir de la infusión de la planta Camellia sinensis, también llamada té indio, planta que da lugar a diversas variantes, como el té negro, el té verde y el té blanco, según cómo se preparen las hojas. El té Camellia sinensis es rico en sustancias llamadas metilxantinas, como la teofilina, la teobromina y la cafeína. Estas sustancias que están presentes en la yerba mate, el café y el chocolate son tóxicas para las mascotas.

Por tanto, no debe administrarse té a perros y gatos, ya que su consumo puede provocar una intoxicación por metilxantinas, causando síntomas como vómitos, hiperactividad, aumento de la frecuencia cardiaca, entre otros, e incluso puede conducir a la muerte del animal en intoxicaciones graves.
En el caso de otras infusiones, es decir, «té» de otras plantas, la presencia de sustancias tóxicas depende de la planta utilizada. Por si acaso, es mejor evitar suministrarlas y, antes de ofrecer otro tipo de infusión, consultar a un veterinario de confianza.
También es importante recordar que, aunque muchas plantas se utilizan por sus posibles «efectos medicinales», no todos estos efectos están demostrados científicamente, y muchas de estas plantas e infusiones «medicinales» no tienen datos sobre su seguridad para perros y gatos. Por tanto, su uso sólo debe ser recomendado por veterinarios.