Una queja frecuente en las consultas veterinarias es «Mi mascota pide comida todo el tiempo, ¿qué debo hacer?». Para responder a esta pregunta, primero hay que comprender el origen de este comportamiento. Hay algunas hipótesis:
¿La dieta de la mascota está completa, equilibrada y en la cantidad adecuada?
Nuestro primer instinto, creer que el problema es el hambre, puede ser correcto. Por eso es importante asegurarse de que la comida que se ofrece al animal, ya sea casera o comercial, es completa y equilibrada para esa etapa de la vida. Además, la cantidad adecuada que debes dar a tu mascota puedes consultarla en la etiqueta del alimento comercial o con un veterinario. De este modo, puedes estar seguro de que la cantidad de comida es suficiente y aporta todos los nutrientes necesarios.
Si la comida es adecuada, ¿qué puede ser?
Cuando el animal sigue pidiendo comida, aunque esté comiendo una dieta equilibrada en cantidades adecuadas, debemos considerar la posibilidad de que haya problemas de comportamiento: por ejemplo, el hábito de pedir comida puede haber sido estimulado a lo largo de su vida mediante el «refuerzo positivo», es decir, siempre que el animal pide comida se le recompensa con un snack. De este modo, entrenamos involuntariamente a los animales para que pidan comida todo el tiempo.

Otro punto importante relacionado con el comportamiento es comprender si este hábito es una forma de aliviar el aburrimiento o la ansiedad. Es esencial para el bienestar de los animales que se les estimule física y mentalmente. Actividades como los paseos, los juegos y el uso de comederos interactivos son ejemplos de herramientas que podemos utilizar para distraer a los animales y agotar su energía.
Si un animal está perdiendo peso o estaba acostumbrado a consumir un gran volumen de comida que se ha reducido, puede sentir más hambre, sobre todo al principio. En estos casos, pueden beneficiarse de snacks bajos en calorías, como verduras y snacks light. Además, puede ser beneficioso dividir la dieta diaria en más comidas, más pequeñas.
Ahora bien, si de repente empiezan a pedir comida todo el día, algo que no hacían antes, o si comen vorazmente y esperan más, puede que estemos ante una enfermedad subyacente. Muchas enfermedades endocrinas (relacionadas con las hormonas), como la diabetes, pueden causar polifagia, que es como llamamos a esta hambre excesiva. Por tanto, debemos identificar cuándo empieza este comportamiento e investigar si está asociado a alguna otra alteración. Para ello, debes consultar a un veterinario de confianza. Conocer bien a nuestras mascotas es fundamental para identificar e investigar rápidamente cualquier cambio repentino en su comportamiento.
Por último, los humanos solemos asociar la comida como una forma de demostrar afecto y tenemos la costumbre de complacer a nuestros seres queridos dándoles comida, por lo que es natural extender este comportamiento a los miembros de cuatro patas de la familia. Pero decir «no» cuando es necesario también es un acto de amor, como lo es satisfacer las necesidades de quienes dependen de nuestro criterio para hacerlo. Busca consejo veterinario siempre que algo parezca ir mal y dale a tu mascota una vida plena y equilibrada.