Hace algún tiempo que el gluten ha empezado a ser visto como un villano de la alimentación saludable en la nutrición humana. ¿Pero, será que el gluten realmente hace tanto mal a la salud? El gluten es un compuesto proteico formado principalmente por la “gliadina” y por la “glutenina”, sustancias presentes en algunas semillas de cereales, como trigo, cebada y centeno. El gluten tiene la función de actuar como reserva energética para esas plantas durante el proceso de germinación de sus semillas.
Cerca de 1% de la población mundial humana presenta la enfermedad celíaca, alergia a estos componentes proteicos presentes en el gluten. Se trata de una condición autoinmune que provoca inflamación crónica, principalmente en el intestino, y que puede resultar en una mala absorción de nutrientes – como vitaminas, sales minerales, agua – provocando diarrea crónica.
No existen evidencias científicas que puedan comprobar que personas saludables se beneficiarían de una dieta sin gluten. Así, solamente los individuos con enfermedades celíacas necesitan una alimentación sin gluten a lo largo de la vida.
Con la popularidad del asunto entre las personas, es común que los tutores de mascotas tengan dudas sobre el uso de gluten también en la dieta de perros y gatos. La verdad es que pocos son los estudios que han mostrado maleficios del uso de gluten en la alimentación de las mascotas. La incidencia de sensibilidad al gluten en perros es desconocida y no hay registros de esa enfermedad en gatos.
Los animales que presentan diarrea e inflamación intestinal crónica son más comúnmente diagnosticados con hipersensibilidad alimentaria o enfermedad inflamatoria intestinal, cuyos síntomas están relacionados a reacciones alérgicas provenientes de otras fuentes proteicas, que no el gluten.
Un proceso semejante a la enfermedad celíaca en humanos ha sido descrito en la literatura en perros de la raza Setter Irlandés. En este caso, las señales clínicas son compatibles a las de la enfermedad inflamatoria intestinal, no obstante la mejora del cuadro ocurre cuando los perros son alimentados con una dieta libre de gluten. Un estudio más reciente también confirmó una nueva forma multisistémica de sensibilidad al gluten en perros de la raza Border Terriers.
Sin embargo, aún existen pocas informaciones sobre los maleficios del gluten en la nutrición animal. De ese modo, es posible afirmar que el compuesto es una excelente fuente de proteína, con alto valor biológico y óptimo aprovechamiento. Además de eso, puede ser usado como fuente alternativa de proteína en alimentos coadyuvantes para el tratamiento de enfermedad renal crónica en perros y gatos, por presentar en su composición menor cantidad de fósforo.
El gluten también puede estar presente en alimentos específicos para cada raza, ya que estudios han demostrado que su utilización puede modular la fermentación de bacterias en el intestino y disminuir la formación de gases y del olor fecal de perros braquicefálicos (los de hocico corto), como los bulldogs, por ejemplo.